Siete soluciones — entre las que se incluye el aumento de aportes, el incremento de edad de la jubilación, la mejora de portafolio de inversiones y la reducción de gastos administrativos— fueron propuestas por un grupo de expertos como salidas a la crisis del sistema de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte.
Los expertos Rodrigo Ibarra, Gladys Palán y Jorge Madera se reunieron el pasado 26 de enero del 2023 con la comisión a cargo de plantear las reformas al sistema de pensiones.
La reunión estuvo liderada por Augusto de la Torre y Pablo Lucio Paredes y se realizó en el directorio de la Cámara de Comercio de Quito.
Durante la cita se analizaron las principales problemas que afronta el sistema de pensiones del IESS.
En primer lugar se trató la disminución de la tasa de fertilidad que pasó de 6,39 hijos por madre, en 1970 a 2,79 hijos en 2020. La proyección de este indicador es de 1,92 hijos en el 2050.
También se analizó el aumento de la expectativa de vida: mientras en 1991 era de 66 años para los hombre y 71 años para mujeres, en el 2020 subió a 80 años, en mujeres y 74 en hombres.
Estos dos factores han provocado que cada vez exista menos aportantes por jubilado. Para que funcione el sistema deberían existir por lo menos ocho aportantes por cada jubilado, pero en la actualidad hay cinco y en 2040 apenas serán tres.
A esta situación se suma el problema de que la legislación actual permite que una persona de 65 años de edad y 15 años de aportaciones ya se pueda jubilar y una persona de 70 años se jubile con 10 años de aportes.
Con estos parámetros es insostenible mantener el sistema a largo plazo.
Según los expertos, el déficit anual del sistema de pensiones ha pasado de USD 473 millones a USD 2 200 millones, en 2022.
Esta situación no se soluciona con el aporte del 40% del Estado, ya que incluso con esas contribuciones (que el Estado no paga puntual y en su totalidad y que implica un subsidio de los no afiliados) el déficit continúa creciendo en el tiempo.
Todo esto ha provocado grandes desequilibrios que ponen en riesgo el pago de pensiones de los futuros jubilados. Sobre todo para la población de milenials (menores de 40 años) y trabajadores menores a 50 años, quienes sumados representan alrededor de 3,4 millones o el 76% de los aportantes. Esto no se soluciona con más aportantes porque en el futuro generarán más jubilados.
En este escenario, los expertos presentaron siete soluciones que ayudarán a equilibrar el sistema.
La primera salida es despolitizar el IESS, es decir que sus directivos sean técnicos que tomen decisiones basadas y sustentadas en informes técnicos. Además, debe haber un delegado de los afiliados.
La segunda recomendación es registrar en los estados financieros del IESS la deuda acumulada del Estado por pensiones, que hasta el 2021 bordeó los USD 2 800 millones. Esta deuda debe ser auditada y registrada por el Ministerio de Finanzas para que se establezca un plan de pagos y se determine la sostenibilidad del sistema incluso con estos haberes.
Una tercera medida que se puede tomar es establecer una tasa de reemplazo no mayor al 80% de las pensiones. Es decir que los futuros jubilados no reciban más del 80% del promedio de los mejores sueldos de los cinco mejores años de aportes.
Actualmente, la pensión por vejez puede llegar al 100% del promedio de los 60 mejores sueldos, cuando el afiliado ha aportado durante 40 años.
La solución planteada por los expertos es que la pensión no sea mayor al 80% y eso se aplique al resto de cálculos. Asimismo, los expertos plantearon regular las contribuciones del Estado, para beneficiarios futuros que reciben dos subsidios vitalicios del Estado, por jubilación y viudedad.
Una cuarta solución es dotar de liquidez al banco del IESS (Biess) BIESS convirtiendo en liquidez las actuales carteras de préstamos hipotecarios y a su vez colocar en otras inversiones que mejoren la rentabilidad.
La quinta medida es disminuir el gasto administrativo del IESS. En 2019, este gasto ascendía a cerca del USD 1.000 millones al año para
38 000 funcionarios en todo el IESS. Es decir casi el 3,6% de la masa salarial de ese año.
La administración del IESS debe transformarse mediante la innovación con tecnología, procesos óptimos y recurso humano idóneo, que minimicen el gasto administrativo.
La sexta solución es modificar los requisitos de jubilación de manera progresiva y regular las contribuciones del Estado.
La primera opción es aumentar el tiempo de afiliación de 15 a 25 años para que el afiliado se pueda jubilar a los 65 años de edad, y aumentar los aportes de 10 a 15 años para quienes quieran jubilarse a los 70 años de
edad.
La segunda opción es que los nacidos en 1961 se jubilen a los 61 años de edad o más. Los nacidos en 1962, a los 62 años de edad o más, hasta llegar a los afiliados nacidos en 1965 que se jubilarán a los 65 años de edad o más. Además, se requiere regular a beneficiarios futuros que reciben dos subsidios vitalicios del Estado, por jubilación y viudedad.
Finalmente, la séptima medida es restituir los fondos de reserva para dividir el 8,33% en dos partes: 4% para que se acumule en una cuenta de contribución definida como fondo complementario a la pensión. Mientras que el 4,33% restante va al seguro IVM para asegurar su sostenibilidad.