Comisión de reforma al sistema de pensiones se reunió con catedráticos de Flacso y de la USFQ

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Los miembros de la Comisión de Reformas para el Sistema de Pensiones del Seguro de
Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) se reunieron con catedráticos de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y de la Universidad San Francisco de
Quito (USFQ).
En estos encuentros se discutió los posibles cambios que permitirían garantizar la
jubilación de futuras generaciones y la viabilidad del actual seguro IVM.
Los catedráticos indicaron que para que se sostengan las reformas debe haber una
participación masiva de representantes de la sociedad civil y que la propuesta debe
sostenerse en una aceptación colectiva.
Añadieron que no sólo se debe reformar el IVM sino también el sistema de pensiones de
las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en donde consideraron que hay jubilaciones
muy por encima del promedio del IESS.
Indicaron que la comisión debe insistir en comunicar que no habrá cambios para los
actuales jubilados, y, para quienes aún no estén jubilados, se deben aplicar las reglas de
juego anteriores a la reforma de manera proporcional con los aportes que hicieron antes
de la misma.
Respecto a los principios del sistema de pensiones del IVM, los catedráticos insistieron
en que debe continuar siendo un sistema solidario.
Los catedráticos observaron que el país no vive el mejor momento político para que se
pretenda incrementar el número de años de aporte de un afiliado antes de que pueda
acceder a la jubilación. Es decir, si actualmente una persona se puede jubilar con 60
años de edad y 30 años de aportes, los catedráticos creen que sería un error, por
ejemplo, incrementar el mínimo de edad a 65 años y el mínimo de aportes a 35 años de
aportes con esa edad. Antes de jubilarse o ampliar la edad de la jubilación porque podría
provocar una mayor agitación social, como ya ha sucedido en otros países como
Francia.
Insistieron que se debe hacer una auditoría total al sistema para controlar posibles fugas
y hacer un estudio para determinar si hay un manejo eficiente de los activos del IESS y
el BIESS. Además, toda reforma debe nacer del acuerdo entre los trabajadores,
empresarios y gobierno, añadieron.
Los profesores también indicaron que se debe hacer un mapeo cuidadoso y exhaustivo
de los actores políticos que pueden reaccionar positiva o negativamente a la reforma a
presentarse y determinar cuál es su capacidad de movilización.
Además, sugirieron que se debe hacer un análisis de los escenarios políticos a corto
plazo y cómo afectarían el trabajo de la comisión y de la reforma. En caso de avizorar
una reacción negativa y contraria, la reforma será rechazada, aunque tenga buenos
contenidos, advirtieron.

En caso de un cambio de gobierno o un adelanto de elecciones, los catedráticos
indicaron que el trabajo de la comisión puede posicionarse como un tema de debate para
los próximos candidatos.
Insistieron en que el único camino de éxito para la reforma es comenzar con acuerdos
básicos donde se deseche la idea de una capitalización individual (cuenta individual)
exclusiva en lugar del sistema actual de pensiones que tiene un enfoque más solidario y
la privatización del fondo de pensiones.
Los catedráticos no se mostraron contrarios a planes de ahorro individual
complementarios. Lo que indicaron en la reunión es estar en contra de que cuentas
individuales exclusivas de cada afiliado reemplacen al sistema actual donde existe un
fondo común.
Sin embargo, se mostraron a favor de que los fondos de reserva puedan formar parte de
una cuenta de ahorro personal y que dentro de esta cuenta también entre un aporte de las
empresas, en lugar de la jubilación patronal.
También estuvieron de acuerdo en que se transparente la información de cada afiliado
respecto a cuánto aportó a lo largo de la vida, cuánto ha recibido al ser jubilado y qué
subsidio está percibiendo en su pensión.
Otra alternativa para cubrir el déficit de las pensiones es que se reduzca el monto
máximo de USD 2 200 a USD 1 800 en un futuro.
Los catedráticos también ven la necesidad de combinar variables, como edad, aumento
de aportación y disminución de la pensión máxima, para visualizar si es factible que
estas se modifiquen con el objetivo de darle un respiro al sistema de pensiones.
La propuesta debería desarrollarse por etapas: en la primera etapa con actores que
deseen involucrarse y en la segunda se busque la sostenibilidad del sistema.
También consideraron una división institucional de los sistemas de pensiones y de
salud. Así como proponer que las personas elijan a cuál afiliarse.
En el informe de recomendaciones de la Comisión se debería enfatizar en la necesidad
de reformar el sistema de salud. En ausencia de una reforma integral que mejore la
calidad y cobertura de salud, las pensiones tienden a drenarse en gastos médicos.
La comisión podría recomendar que el seguro de salud del IESS ofrezca una mayor
diversidad de planes.

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